Madrid a este lado del Manzanares es diferente. Mientras el indie con ecos a los 80 y modernidad resuena en el centro, BRAVA, Los Jaleo y Dura Calá nos recuerdan que ahora, como entonces, la vida en los barrios late distinto.

La Historia no se repite pero rima. Muchas voces autorizadas han establecido paralelismos entre la escena indie de la actualidad y la Movida de los 80, y como entonces, los barrios periféricos de Madrid albergan bandas con otros discursos más propios de las calles que les vieron nacer.  Mientras el indie de Carolina Durante, Ginebras o Alcalá Norte arrasa en el centro de la capital y recuerda a la modernidad de la movida y el post-punk indie británico, en torno a Aluche ha surgido un rock barrial que suena completamente distinto: BRAVA, Los Jaleo y Dura Calá han nacido aledañas a Aluche, Lucero, Batán y Campamento, y las tres comparten una visión muy particular de la música y de la vida. Las tres facturan tres versiones de un rock muy castizo, muy gato y callejero y muy cañí, con unas letras que hablan de unas historias que parecen del pasado, pero que para ellas son su presente.

El rock como vía de expresión

Nerea, la cantante de BRAVA sonríe, le agrada la etiqueta de rock cañí, una etiqueta “que nos hemos puesto nosotras antes de que viniera otra gente a definirnos como lo que no somos”, dice mientras analiza ese sonido que les caracteriza a los tres grupos y del que BRAVA está siendo bandera: “Es normal que tengamos otra mirada respecto a ese sonido que dices porque el sur siempre ha estado mal considerado y eso te marca. Ves que las instituciones abandonan el barrio y te conviertes en una especie de outsider. Barrios como Aluche, pueblos como Leganés y Fuenlabrada están al margen y son marginados, que no marginales, exactamente al igual que ocurría en la época de Leño y Rosendo, cuya influencia termina siendo omnipresente, aunque sea de manera inconsciente”.

En Fina Estampa (24), su disco debut, se pueden observar efectivamente unas maneras rosendianas, con un sonido netamente castizo. A su salida fue un trabajo bien reconocido por la prensa musical de este país con influencias que iban desde Rosendo y Burning a la inspiración entre lo quinqui y el funky

El maestro es de Carabanchel y la aprendiz de Aluche, asegura la cantante entre risas y en Fina Estampa (24), su disco debut, se pueden observar efectivamente unas maneras rosendianas, con un sonido netamente castizo. A su salida fue un trabajo bien reconocido por la prensa musical de este país, mientras reivindicaba el rock urbano, con influencias que iban desde Rosendo (Malos tiempos, Muy profesional) y Burning (Laberinto) a la inspiración entre lo quinqui y el funky con unas letras salidas del rock rumbero duro de los 70 y 80 (17 palos, Farolero o En carne viva).

BRAVA. Foto @ Teresa Sánchez

Muy cerca suya aparecen sus amigos de Los Jaleo, cuyo sonido en cambio es pura poesía lorquiana. En el rock español casi siempre se ha mostrado la parte más reivindicativa de Federico García Lorca, pero tenemos que irnos a un Miguel Poveda para centrarnos en esa parte más estética, la más bella. La apuesta de Los Jaleo por tanto es un 100% belleza, casi inédita en el rock (Anda Jaleo, Reina Mía): “Federico ha convivido con nosotros desde las primeras canciones infantiles hasta las últimas declaraciones de amor. Llevar a Lorca como estandarte es una responsabilidad y una suerte. Una responsabilidad porque creemos que Lorca da sentido al imaginario que estamos cultivando. Era un amante de las formas sencillas y populares de su tierra y un adepto a lo onírico, y Jaleo bebe mucho de esos mundos”, y si me preguntas comparto su opinión al asegurar que “también es una suerte: combinar la literatura y el rock no siempre es fácil. Hemos comprobado que Lorca podría haber sido un tipo de chupa de cuero y tupé, a su manera, claro. El rock hubiera sido un arma cargada de futuro para él”.

El sonido de Los Jaleo es pura poesía lorquiana, que mezcla el flamenco de lunares, el cabaret de boas y maquillaje, la copla en su vertiente más clásica, México con la imaginería de la Virgen y las trompetas fronterizas, las guitarras surferas… y como añaden ellos, una fuerte presencia del bandolerismo español

Acercarnos por su spotify nos da un refrescante sonido que mezcla el flamenco de lunares, el cabaret de boas y maquillaje, la copla en su vertiente más clásica, México con la imaginería de la Virgen y las trompetas fronterizas, las guitarras surferas… “Nosotros siempre hemos apostado por ese maridaje entre lo rockero y lo español desde que empezamos, pero fue en un retiro musical cuando conectamos con esa parte fronteriza. Alquilamos una casa en verano, la llenamos de amplis, guitarras y cacharros de batería para componer las canciones de El Quebranto (su primer álbum de próxima aparición) y, allí en el sótano, había un cuadro de una bandolera. Viendo ese cuadro, nos conectó todo el imaginario del bandolerismo español con el desierto y el western, y con ello, los sonidos desérticos y fronterizos que tanto nos gustan del rock”.

Los Jaleo por Teresa Sanchez

Los Jaleo. Foto @ Teresa Sánchez

También se han sumado a este sonido como vía de expresión el grupo Dura Calá, vecino y compañero de las anteriores, que como dice su nombre, es una calada profunda al rock con el que crecimos de niños escuchándolo en las calles. “Para que pase la censura y no os tiren el artículo, digamos que a uno no le sentó muy bien un cigarrito de los nuestros”, ríen, y es que este sexteto presenta el sonido más garrapatero de las tres bandas: “Lo que nos mueve es tocar la música que nos mola. En nuestro caso, todos nos dedicábamos a tocar en proyectos ajenos, o a ser técnicos de sonido de otras bandas… a buscar la pela, vamos, que no viene mal. Cuando nos juntamos nos dimos cuenta de que veníamos de los mismos sitios y teníamos una manera de pensar y entender la música muy parecida. Coincidíamos en que queríamos formar parte de un proyecto propio en el que poder explorar nuestras influencias y contar nuestras historias. Y lo más importante, hacerlo a nuestra manera. Lo demás vino rodado, jarana y rockanrol”.

“Más que una elección, ha sido una consecuencia”, dicen Dura Calá: “Crecimos con Los Chichos, el rock & roll y el cine quinqui. Aunque para nuestra generación eso ya era cosa de viejos, no podíamos evitar identificarnos con las historias que contaban”

Cuanto más ahondamos, más jugo sacamos a la historia de Dura Calá: “Más que una elección, ha sido una consecuencia. Crecimos con Los Chichos, el rock & roll y el cine quinqui. Aunque para nuestra generación eso ya era cosa de viejos, no podíamos evitar identificarnos con las historias que contaban, esas otras realidades que siempre se intentan esconder pero que existen y que nosotros también vivíamos. En cuanto al estilo, nosotros lo llamamos Macarreo Madrileño, en cuanto a los límites, solo físicos. Hasta que el cuerpo aguante y que venga lo que venga”.

Dura Caló por la central comunicacion

Dura Calá. Foto @ La Central Comunicación

Vivir en Aluche

Vivir en Aluche marca, y tener el altavoz que te da formar un grupo de música mucho más. Por eso nuestras tres bandas no quieren dejar pasar la oportunidad de hacerlo: “Una banda no tiene por qué estar politizada”, asegura BRAVA, “pero si haces una música combativa luego no puedes ponerte de perfil. A mí me politiza el tiempo que me ha tocado vivir, y con las experiencias, te radicalizas más. Cuando muere Mame Mbayé, el mantero de Lavapiés, me pilla viviendo en ese barrio y me marca mucho”, lamenta. “Al volver a Aluche te fijas en los colegios, en los cines y teatros, en los espacios para los chavales y ves que no son los mismos que en el centro, que aquí no hay sitios, y protestas. Te interesas por el asociacionismo con el tiempo, porque cuando eres muy joven buscas más el ligar, el beber, pasártelo bien. Más adelante hay que pagar el alquiler, sacar adelante una banda, y ves que hay un asociacionismo muy fuerte y potente», asegurando que Aluche en eso está bien cubierto, “para la población envejecida con asociaciones como AVA, y con otras más jóvenes como la CABA, que se mueven en redes sociales, y que reclaman unos espacios que no hay más allá de los bares, que están muy bien, pero que en el paseo marítimo del Parque de Aluche vemos que hay días que parece aquello Magaluf y no mola”. Es una cantante clara que se moja, y es de agradecer: “No tengo una respuesta pero sí sé que hay que encontrar espacios y una renovación. Así que sí, soy combativa y mis compañeros también”, y letras como Leña en el barrio lo confirman.

“Una banda no tiene por qué estar politizada”, asegura BRAVA, “pero si haces una música combativa luego no puedes ponerte de perfil. A mí me politiza el tiempo que me ha tocado vivir, y con las experiencias, te radicalizas más. Cuando muere Mame Mbayé, el mantero de Lavapiés, me pilla viviendo en ese barrio y me marca mucho”, lamenta.

Esa mirada es una afirmación que comparten sus compañeros de Los Jaleo: “Lucero y Aluche son barrios que te crían con el puño cerrado y el pecho abierto. Conocemos bien lo que implica vivir a este lado del río, donde todavía se puede respirar ese tejido de barrio (aunque nos abran cafeterías de modernos a 5 € el café). Nos diferencia de todas esas bandas del centro de Madrid la búsqueda de la identidad y la reivindicación del “de dónde venimos”. Estamos orgullosos del pedigrí de barrio”.

Igual secundan Dura Calá con algo de ironía: “Ojalá cantar ‘qué bonito mi yate’ pero no se ha dao el caso. La realidad que nos ha tocado vivir es la que es. En nuestras canciones hablamos de lo que conocemos (si escribes de lo que no conoces tarda poco en empezar a oler rarete), pero esas influencias nos hicieron ver que también existían realidades como la nuestra. Y porque mola que te cagas”. Canciones de ecos talegueros como El Dorao, Un charco colorao o Arena Negra (ojo que en esta se ve a la perfección su pasión por los Guns ‘n’ Roses con esa guitarra a lo Slash), que si bien desde un toque de vacileo, alumbran una realidad que en nuestros barrios vuelve a resurgir, episodios de violencia de unos tiempos que están convirtiendo otra vez nuestras calles en la ley de la jungla.

“En ningún caso es nuestra intención hacer apología de la mala vida”, advierten Dura Calá, “pero esa realidad existe y es inevitable que te marque en mayor o menor medida”, y es que la famosa diagonal de la desigualdad de Madrid, la que atraviesa nuestros barrios dejando una peor calidad de vida perfectamente cuantificable, nos obliga a estar siempre organizadas. Por su parte Los Jaleo tienen otra apuesta, igual de importante: “Nuestro foco está, por el momento, en un interés cultural, aunque es cierto que es difícil no llevar a nuestra música las realidades con las que convivimos. El presente pesa cada vez más, se abren nuevos caminos y poder cantarlos es casi un gesto de responsabilidad y reivindicación”.

Esa mirada es una afirmación que comparten sus compañeros de Los Jaleo: “Lucero y Aluche son barrios que te crían con el puño cerrado y el pecho abierto. Conocemos bien lo que implica vivir a este lado del río, donde todavía se puede respirar ese tejido de barrio (aunque nos abran cafeterías de modernos a 5 € el café)”

El futuro es suyo

Los tres grupos están muy de actualidad, y en los próximos años oiremos hablar bastante de ellos. BRAVA ya está trabajando en sus próximas canciones y algo puede adelantarnos en exclusiva: “Fina Estampa se nos ha quedado pequeño. Me gusta y me siento muy identificada, pero se nos queda estrecho. Vamos a otras canciones en la línea de las nuevas, 17 palos o En carne viva. Tendrá más clase, más elegante, será más finísimo”, vaticina la cantante. Mientras, apuntad la fecha porque el viernes 6 de junio dará un electrizante show en las Fiestas de Aluche, justo antes de la actuación de los Derby Motoreta’s Burrito Kachimba.

Dura Calá se acaban de marcar un chotis-rockero, Tío Pepe, con mucho vacileo: “Estamos gozando, la verdad. Parece que cada vez que sacamos un tema hay peña que se identifica con la movida, y para nosotros eso ya es un canteo, teniendo en cuenta que la única intención en un principio era sacar nuestra bilis de la manera menos destructiva posible. Ver como en los bolos se corean nuestras movidas y se lo gozan como nosotros es pa’ flipar. Agradecidos siempre”, confiesan mientras adelantan próximos movimientos: “Vamos a sacar unos pocos singles más, que tampoco hay que ser agarraos, y a principio del año que viene vamos con todo. Tenemos algunos conciertos para ese verano y en vista una interesante gira. Llevad omeprazol”.

“Vamos a sacar unos pocos singles más, que tampoco hay que ser agarraos, y a principio del año que viene vamos con todo. Tenemos algunos conciertos para ese verano y en vista una interesante gira. Llevad omeprazol”, advierte Dura Calá

Los Jaleo en cambio ya tienen fecha: “La primera semana de septiembre sale nuestro disco El Quebranto, que es una obra en cinco actos que hablan del dolor que deja lo vivido, las grietas que nos forman y el orgullo de seguir de pie. El Quebranto va a estar repleto de sonidos españoles como el pasodoble, la rumba, el flamenco, la jota, y también estilos latinoamericanos como la cumbia o la chacarera. Y, por supuesto, habrá una versión de un clásico de la copla, como bien nos gusta hacer en cada trabajo. El 11 de septiembre será la presentación del disco en la sala El Sol a las 20:00h”.

Como veis, Los Jaleo, Dura Calá y BRAVA son nuestras. Son bandas del pueblo y para el pueblo. Ahora queda que la Junta de Distrito de Latina, la representación del Ayuntamiento de Madrid en sus barrios natales, les dé una oportunidad y les monte un concierto en condiciones (hace poco hicieron BRAVA y Dura Calá uno en Carabanchel), lo anuncie como se merecen, y enseñe a sus vecinas y vecinos la calidad que atesoran sus calles y sus descampados.