“Perdida la esperanza” reza la puesta de largo del grupo madrileño Mechanismo. Digo madrileño, porque aunque es el proyecto personal de Sebastian Maharg, originario de Chicago y con raíces escocesas, vivir en Madrid desde el 2002 le mete de lleno en la escena independiente de la capital. A sus 41 años Sebas es un tipo inteligente, culto y de buena conversación, que no duda en mostrar a la menor ocasión su pasión por la música, la Historia o el universo Star Wars del que es devoto seguidor, y donde a menudo se entretiene más que en hablar de su primer disco. Nuestras conversaciones nocturnas hace ya más de seis años me permitieron ver el alumbramiento de su primer EP Empire of Light, punto de partida de Mechanismo y disfrutar de su evolución en este The Forlorn Hope (Global Music 360, 2016), un magnífico trabajo de ascendencia anglosajona.

Es delicioso porque está bien hecho. El gran defecto del pop independiente de corte británico de nuestro país se suele deber a la ausencia de referencias directas. Para sonar a Gran Bretaña, lo primero debes ser anglosajón, y si no es el caso, toca ir directamente a las fuentes, no quedarse en las adaptaciones que se hacen aquí, que es lo que abunda en España, la copia de la copia.

No deja de ser extraño no obstante, que de Chicago, escenario no sólo del jazz y el blues, sino del house de los 80, saliera un amante del sonido beatleiano más puro, de los muros de sonido de Phil Spector, de las melodías de Radiohead, y de un timbre de voz parecido a Morrisey que nos evoca a The Smiths: “La ciudad de Chicago tiene una cultura musical muy amplia, también tiene a The Smashing Pumpkins, Wilco,… Yo la escena de los 80 no la viví la verdad, pero escuchaba por entonces la radio y desde entonces era un beatlemaniaco total”, confiesa Sebas al tiempo que nos explica sus influencias sin el miedo o la ocultación de la que hacen gala muchos de los artistas españoles, y que se aprecian en canciones como Better o Afterglow. “En los 90 me impactaron mucho Radiohead, Oasis, Travis, Pulp… desde el punto de vista de la producción y también de las melodías; por aquel entonces en América estaba el grunge en el rollo de Stone Temple Pilots , y no me llamaba mucho la atención. Había otros como los australianos Crowded House, que venían de un ramalazo mcartniano…y es que siempre me ha tirado ese timón de melodía y armonía que los británicos hacen mejor que nadie”.

Le gustan Radiohead o The Beatles, pero huye de su parte más vanguardista; incluso aunque en Home, el corte que abre The Forlorn Hope, practique el famoso muro de sonido de Phil Spector, ese gran denostado y segundo villano tras Yoko Ono. “Claro, no es que lo considere una influencia muy grande, aunque en Home sí quisimos buscar ese sonido de principios de los 60, del Be My Baby de The Ronettes, muy percusivo y con mucha reverb, para meter a mucha gente en el estudio… la idea iba por ahí. No es una gran influencia aunque haya trabajos suyos con George Harrison magníficos o con Lennon en el Imagine sin ir más lejos”. Por lo demás, coincide con la apreciación: “Es que aquellas bandas que citas, antes de experimentar hicieron canciones redondas y estructuradas. Si primero haces álbumes más convencionales luego puedes llegar crecer un poco más, lo mismo que U2, que con Achtung Baby contribuyeron a definir el pop moderno. Me gustaría experimentar más, pero es muy importante ahora una base mainstream para consolidar el proyecto y cuando tenga una masa crítica poder lanzarme”. Lo que viene siendo elaborar un discurso propio, y que me recuerda el caso de Álex Ferreira, el dominicano que vino a Madrid a hacer música indie pero que cuando recuperó sus influencias latinas y las adaptó a su lenguaje, nos dio los mejores momentos de su carrera.

 

En el debate sobre si melodía o letra, desde fuera está claro que lo ven de otra manera a como lo hacemos nosotros, “creo que debe ser un matrimonio perfecto, pero puestos a elegir a punta de pistola, la melodía claro, a lo mejor por el idioma no se me entiende pero tienes que hacer algo que llegue. Quiero conectar con el que está escuchando, no hacer una cosa ensimismada en mí mismo. Cuando escuchas a Thom Yorke o The Divine Comedy, te quedas estupefacto por cómo ofrecen la voz, si no tienes eso, olvídate”.

 

UN DISCO QUE SE FUE GESTANDO POCO A POCO.
La banda se formó en 2010 de la mano de Sebastian Maharg y del mancuniano Mervyn Mcmanus (quien tomó una dirección diferente un par de años atrás), con Sebas afrontando The Forlorn Hope junto a una remodelada banda enfrentándose a la producción y grabación del disco poco a poco. Charlie Bautista apareció para grabar Citizen’s Arrest y Better, y Manuel Cabezalí hizo lo propio para Afterglow y Proof of Live: “. A mí me gustan los discos variados, que haya un par de suites musicales que liguen varias canciones. Queríamos un productor puntual para que aportara cosas nuevas, nos sacara de nuestra zona de confort creando una tormenta de ideas, y llevando tus temas a un territorio al que normalmente no irías. Al estudio debes ir con las ideas muy claras porque el tiempo es oro, pero con ellos aprendí que es mejor dejar un pequeño margen de espontaneidad en algunas cosas, y creo que su labor se nota. Manuel tiene un abanico de registros bastante importante y salta de uno a otro muy bien, con una forma muy metódica de trabajar. Charlie es muy orgánico a la hora de buscar sonidos y se toma su tiempo para sacarle a cada instrumento uno propio”.

 

Una misión suicida, abandona la esperanza… el título del disco tiene una gran carga poética: “Me gusta un nombre poético a una cosa que en verdad fue espeluznante. Wellington en las Guerras Napoleónicas tomaba una avanzadilla de soldados en misión suicida. Eran de clase baja y no tenían mucho que perder. Muchos morían en el intento, pero si sobrevivían eran recompensados. Coincidió con el centenario de la I Guerra Mundial, y me gusta mucho el estudio de la Historia y las guerras, esta era para mí una gran desconocida, y de ahí la estética del disco. Con lo que hemos sufrido para hacerlo y hacia donde podemos llegar en un futuro creo que lo representa muy bien… ha habido una curva de aprendizaje muy grande, es una lección muy grande de paciencia y tenacidad”.

 

Sobre ese futuro, Sebas tiene claro que “solo buscamos subir el siguiente peldaño, poder hacer otro disco, no tardar media década en hacerlo… esperar que haya interés por el proyecto desde el punto de vista de promotoras, que de alguna forma se aprecie la propuesta. Creo que estamos haciendo algo distinto del panorama indie nacional y aquí sí me incluyo porque toda la banda es española y yo soy medio español, aunque nuestra música sea anglosajona como ocurre con los franceses Phoenix, que son internacionales o The Cardigans, Kings of Convenience… yo me incluyo en la misma categoría de ese tipo de proyectos. Buscar un hueco en el indie español e intentar crecer y tener continuidad”.